El terrorismo que se desató en la década de 1980 en el Perú representa una de las más oscuras y tristes etapas que nuestro país vivió, lleno de violencia y falta de respeto a los derechos humanos.
16 de julio de 1992, 9:15 p.m.; 25 personas perdieron la vida y hubo unas 200 que resultaron heridas, dos vehículos, con una tonelada de explosivos llevaron el terror instalado en el interior del país hacia Lima, la capital, a la cuadra dos de la calle Tarata en el distrito de Miraflores, por citar un ejemplo.
Fueron 20 años en los que el miedo y el terror se apoderaron de la población peruana, una etapa llena de violencia y actos terroristas adjudicados al Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso, al mando de Abimael Guzmán y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, con Víctor Polay a la cabeza.
Es imposible describir las sensaciones que dejan los testimonios de las víctimas de los ataques y matanzas crudas e insensibles por parte de estos grupos.
Tenían una meta (llegar al poder), pero una disparatada forma de conseguirla (a través de actos terroristas), que solo ocasionó la pérdida de vidas inocentes, además de secuelas psicológicas en las victimas que ahora recuerdan esas etapas en sus vidas.
Alrededor de 25 000 inocentes muertos, pérdidas de 20mil millones de dólares al Perú y un retraso académico y social son solo algunas de las consecuencias que el terrorismo dejo en el país.
Es imposible no repudiar estos actos.
Mi posición es clara, rotunda y obvia, ningún grupo que busque una igualdad socio-económica o étnico-cultural (por mencionar el ejemplo de Sendero) tiene el derecho de recurrir a la violencia como solución o como medio para lograr el ascenso al poder. NADIE puede pasar por alto los derechos humanos solo por llevar un rifle en la mano.
Lamentablemente esos actos ya pasaron, sin embargo aquellos grupos que fomentaron el terrorismo en nuestro país no han desaparecido y por eso ahora es importante recordar los daños que sus actos causaron en la población, para no cometer los mismos errores.
Cerna Castillo Diego 5° "A"